El sector de la hotelería con encanto sigue en proceso de evolución. Lo peligroso de los procesos evolutivos es que hay quien por causas propias o ajenas no se decide o no acierta a dar los pasos necesarios y tras quedarse obsoleto, cae en el más profundo de los olvidos.
La idea romántica de montar un hotel es loable, si bien no por el hecho de conseguir abrir las puertas al público se tiene el éxito garantizado.
Tras una enorme inversión en lograr arrancar el negocio, urge la necesidad de conseguir ponerlo en conocimiento del público, y se antojan necesarias varias cosas: que los propietarios sean profesionales, no meros gestores, que tengan o traten de tener conocimiento del sector, que no escatimen a la hora de invertir en promoción, que tengan formación e información continua con el fin de conocer las tendencias en los ámbitos que afecten al negocio (comercialización, tecnología, gastronomía, decoración…) y que sepan en todo momento dónde se encuentran y hacia dónde van.
Además, hay que ser conscientes de que el modelo de negocio ha cambiado. Vender habitaciones ha muerto como concepto. Quien quiera dar la espalda a esa realidad lo acabará sufriendo. La competencia es grande y el público es cada vez más conocedor y exigente, por lo que se antoja ofrecerle un producto que colme sus expectativas ofreciéndole aquello que demanda.
Bienvenidos al mundo de las experiencias.
Siempre tuvimos claro que la experiencia había que brindársela al huésped no como un valor añadido, sino como el propio producto contratado. Entendemos que quien busca alojarse en un hotel con encanto está eligiendo vivir una experiencia, la que han creado quienes han montado el hotel a través de su trato personalizado, su modo de vida, la filosofía del negocio, las calidades y temática de las instalaciones y sus fines concretos, su gastronomía y actividades, lo cual representa un concepto bastante alejado de la idea de reservas una habitación de hotel sin más.
Hay que redondear ese concepto con el respeto absoluto que debe tener el hotel en tres términos que en Ruralka hemos convertido en nuestros pilares básicos: Calidad, Cordialidad y Exclusividad.
Asimismo, con el concepto de la experiencia por bandera y tras valorar la coyuntura sectorial al respecto, en Ruralka, tal y como reza nuestro slogan “cada hotel una experiencia”, decidimos comercializar esa “experiencia” a través de un producto de alta gama creado para disfrute del huésped, en el que se les invita a disfrutar de la experiencia según sus motivaciones y a su propia elección.
Con 6 temáticas distintas (Spa & Relax, Golf, Enológica, Gastronómica, Esquí y Romántica) las Experiencias colman las expectativas tanto de hoteles como de huéspedes y no dejan de ser un ejemplo claro de lo que conlleva estar involucrado en el sector y saber buscar soluciones que signifiquen seguir avanzando.
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